La vida a veces resulta
ser como dos cofres cerrados
cada uno de ellos oculta
la llave del cofre de al lado.

Piet Hein (1905 – 1996)
diseñador, matemático, poeta e inventor danés

Alguien me informó que ellos tuvieron –en un cierto momento de crecimiento vertiginoso de la leyenda Disney– un problema, digamos, de naturaleza administrativa. ¿Qué hacer con el dinero de caja todas las noches, al cerrar los parques? ¿Cómo transportar y almacenar centenares de miles de dólares todas las noches y ponerlos a buen recaudo? La respuesta de diseño al problema fue sencilla. Quemarlo.

Todas las noches, los administrativos de la empresa se reúnen con la Reserva Federal para contar el dinero ingresado, separan las monedas para dar la vuelta a los niños al día siguiente, meten en un incinerador miles de dólares... y los queman. Mientras se esfuman –literalmente– el representante del Gobierno da de baja el dinero destruido y acredita el mismo monto en la cuenta Disney del Banco.

Citado en "Si lo puedes soñar lo puedes hacer", del diseñador argentino Ronald Shakespear.

Varios científicos están reunidos en un laboratorio experimentando con una ranita. Le dicen: "Ranita, salta", la ranita salta y los científicos anotan: "Una ranita con cuatro patas salta 30 cms".

Le cortan una pata y le dicen: "Ranita, salta", la ranita salta y los científicos anotan: "Una ranita con tres patas salta 15 cms".

Le cortan otra pata y le dicen: "Ranita, salta", la ranita salta y los científicos anotan: "Una ranita con dos patas salta 10 cms".

Le cortan otra pata y le dicen: "Ranita, salta", la ranita salta y los científicos anotan: "Una ranita con una pata salta 5 cms".

Le cortan la última patita y le dicen: "Ranita, salta". La pobre ranita se esfuerza pero no logra moverse un solo centímetro. Los científicos anotan: "Cuando una ranita pierde sus patas se vuelve sorda."